Si eres un wine lover y has hecho un tour por alguna bodega es posible que te haya llamado la atención que haya rosales cerca del viñedo. Es común que las personas piensen que se trata de un elemento decorativo por parte de la bodega. Y aunque, en efecto, aporten un toque visual bonito y llamativo, el verdadero motivo que hace que se planten rosales cerca del viñedo es porque le permite al viticultor detectar una posible enfermedad de la vid.
Hablamos del oidio, una enfermedad provocada por un hongo que afecta a las vides y que puede llegar a resultar muy difícil de erradicar si no se detecta a tiempo. Por lo tanto, los rosales, funcionan como un sistema de alarma que permite reconocer si el viñedo ha sido afectado.
¿Y cómo permiten detectar los rosales esta problemática? Pues bien, tanto los rosales como las vides son muy sensibles a este hongo. Los síntomas son más visibles en el caso de los rosales, que adquieren unas manchas amarillas en sus hojas. Esta señal alerta al viticultor y le permite actuar antes de que sea demasiado tarde y el hongo ataque, de forma irreversible, al viñedo.
Este es el motivo que llevó a las bodegas y a los viticultores a iniciar la tradición de plantar rosales alrededor de los viñedos, como un mecanismo de prevención ante posibles enfermedades.