Los vinos que pasan por el proceso de maduración en barrica o crianza acaban de redondear sus matices en estos recipientes. Un proceso que termina de darle cuerpo al vino y lo perfecciona, creando así aquello que el enólogo andaba buscando.
La crianza sobre lías es un proceso añadido al paso por barrica habitual que se emplea con asiduidad en vinos blancos y, de forma más esporádica, en rosados. Con esta técnica se pretende conseguir un vino con mayor volumen en boca y con mayor complejidad aromática.
Pero, empecemos por el principio, ¿qué son las lías? Esta palabra hace referencia a partes sólidas de vino que quedan en el deposito tras su fermentación. Se dividen en finas y gruesas. Las primeras suelen ser levaduras que quedan en suspensión, las segundas son conglomerados de pepitas, pieles de la uva y otras sustancias.
La crianza sobre lías se realiza en barrica o depósito de acero y es muy importante mantenerlas en suspensión ya que de lo contrario, si las lías se sumergen y quedan más de la cuenta en contacto con el vino pueden generar olores desagradables.
Para conseguirlo se realiza el battonage de forma frecuente. Esta palabra francesa hace referencia al acto de menear el líquido con un palo, lo que también conocemos como bastonear.
Este proceso a priori sencillo mejora notablemente las propiedades organolépticas del vino. El vino que ha pasado por una crianza sobre lías tiene mejor estabilidad, suaviza su astringencia y aumenta la untuosidad por lo que la sensación en boca se vuelve mucho más agradable.
¿Conocías este proceso?¿Sabrías decir cuáles de tus vinos favoritos pasan por él? Si la respuesta es negativa ¡ya tienes deberes antes de nuestro próximo post!
