Hay ciertos términos que forman lo que podríamos llamar como el diccionario del vino, y que son importantes para adentrarse en este apasionante mundo. Existen ciertos conceptos vinícolas que suelen utilizarse más entre los expertos de esta área: sumilleres o bodegueros, entre otros. Sin embargo, hay conceptos, como el que vamos a tratar en el post de hoy, que son términos más sencillos y aptos para wine lovers. Por eso, ya seas nivel profesional o amateur, este post es para ti. Hoy vamos a explicarte qué significa que un vino sea fresco.
Empecemos por el principio: que un vino sea fresco depende de la sensación y, por lo tanto, es algo subjetivo. De todas formas, sí podemos establecer una serie de características comunes que ayudan a identificar si estás ante un vino fresco. Te las detallamos:
- El primer punto y, quizá, el que puede resultar más evidente es que proporciona una sensación de frescor en la boca. Esta suele estar presente en los vinos más jóvenes por su ligereza y por el punto de acidez que los caracteriza y que dan como resultado esa sensación.
- Es habitual que se trate de vinos blancos, rosados o tintos jóvenes.
- Otro de los rasgos comunes es la ligereza que proporciona en boca.
- Puede servirse a temperatura más baja.
- En cuanto a su aroma, un vino fresco se caracteriza por sus toques herbáceos y/o florales.
- Suele ser un vino con poco cuerpo.
- Se caracteriza por una buena acidez que produce un ligero cosquilleo alrededor de la boca.
Después de esta información, cuéntanos: ¿sabrías identificar un vino fresco?
