Desde muy joven, Emilio Viana se sintió atraído por el cultivo de la vid y decidió seguir los pasos de su familia en nuestra demarcación. El objetivo era preservar y mejorar la calidad de los vinos, manteniendo siempre un equilibrio entre la tradición y la modernización.
«Mi padre me enseñó todo. Hacíamos muchos trabajos juntos y aprendí tanto de él como de mi tío. Aunque siempre hay cursos y formaciones, la práctica y la teoría la aprendí de ellos». Este fuerte vínculo familiar no solo creó su amor por la viticultura, sino que también le brindó las habilidades necesarias para prosperar en este campo.
Emilio Viana ha sido testigo de muchos cambios a lo largo de los años. «No debemos perder la tradición ni la esencia de nuestra viticultura. Aunque la mecanización ayuda, es crucial mantener viva nuestra variedad autóctona». La modernización y la mecanización han jugado un papel importante en la evolución de esta práctica, pero siempre ha mantenido un firme compromiso con las tradiciones.
La sequía y el cambio climático son desafíos constantes para los viticultores. Viana recuerda años de intensa sequía que afectaron gravemente sus viñedos. «Vivimos ciclos difíciles, pero siempre nos adaptamos. La clave es anticiparse a lo que vendrá, estar preparados y mantener la calidad en cada etapa», explica. Esta capacidad de adaptación ha sido vital para mantener la viabilidad de su explotación.
Aboga por prácticas sostenibles y ve la viticultura ecológica como un camino viable y necesario. «En nuestra zona, es relativamente fácil implementar prácticas ecológicas. Es una demanda del mercado y una manera de cuidar mejor el medio ambiente», señala. Su enfoque preventivo y su atención a los detalles han demostrado ser eficaces para mantener la salud de sus viñedos.
A pesar de los desafíos, Emilio ve un futuro prometedor para la viticultura en la Denominación de Origen Utiel-Requena. Cree firmemente en la diferenciación como una estrategia clave para el éxito. «Debemos enfocar nuestras explotaciones hacia lo que el mercado demanda y ser capaces de producir con calidad. No se trata solo de plantar por plantar, sino de mantener la esencia y la tradición», concluye.
Emilio Viana no es solo un viticultor; es un auténtico defensor de la tradición y un pionero dedicado al futuro de la demarcación de la DO Utiel-Requena. Su trayectoria ejemplifica la pasión, el saber hacer y la capacidad de adaptación, esenciales para preservar y hacer prosperar la viticultura en nuestro territorio.
