El vino es una de las bebidas más antiguas y comunes del mundo. Existen más de 1.000 variedades de vino, con diferentes sabores, aromas y grados de alcohol. Debido a las distintas tipologías de vino que existen, puede ser difícil saber cómo se clasifica cada vino. Para ayudarte, aquí tienes una breve guía sobre cómo se clasifican los vinos.
Vino blanco, tinto y rosado
Los vinos pueden clasificarse por su color, siendo las categorías vino blanco, vino tinto y vino rosado las más comunes. El color del vino procede de las sustancias colorantes procedentes del hollejo de la uva: los antocianos, las flavonas, los leucoantocianos y las catequinas.
Por normal general, el vino blanco se elabora con uvas blancas y el rosado y el tinto con uvas tintas, aunque también se puede elaborar vino blanco a partir de uvas tintas.
Pero no solo las variedades determinan el color del vino. Los pasos que determinan el color son la maceración y la fermentación, aunque también hay otros elementos capaces de influir en menor porcentaje.
Vino seco y dulce
Otra forma de clasificar el vino es por su sabor. Los vinos pueden clasificarse en secos o dulces. Los vinos secos tienen poco o ningún contenido de azúcar. En cambio, los vinos dulces tienen una mayor concentración de azúcar. Estos suelen tomarse acompañando a los postres o después de las comidas.
Vinos Varietales y Mezclas
Los vinos pueden clasificarse según sean monovarietales (una sola variedad), o varietales (combinación de varias). Existen muchas variedades de vino, como el Bobal, característico de la zona de la D.O. Utiel Requena, el Merlot, el Chardonnay, el Pinot Noir y el Cabernet Sauvignon, entre muchos otros. Cada enólogo/a elige cómo quiere hacer el vino, si potenciarlo con una única variedad o probar combinaciones distintas y probar el resultado.
Vinos de cuerpo ligero, medio y fuerte
Por último, los vinos también pueden clasificarse por su cuerpo, que se refiere a cómo se sienten en la boca. Los vinos de cuerpo ligero suelen ser menos intensos, con una sensación en boca más fina. Los vinos de cuerpo medio tienen un sabor equilibrado y son algo más intensos, mientras que los vinos de cuerpo fuerte tienen un sabor más pesado e intenso.
En definitiva, aunque estas son algunas de las clasificaciones más frecuentes, no son las únicas, pero entender las que aquí hemos visto puede ayudarte a elegir mejor. Ya sea por color, sabor, cuerpo, ubicación o variedad de uva, conocer los fundamentos de la clasificación del vino hará que tu experiencia vinícola sea mucho más agradable.
Recuerda que la mejor forma de descubrir los tipos de vino que te gustan es experimentar y animarse a probar distintas variedades.