Cuando se trata de disfrutar de una copa de vino, puede ser bastante difícil decidirse entre una variedad dulce o seca. Ambas ofrecen sabores únicos y pueden maridarse con una comida deliciosa, pero saber cuál elegir puede parecer complicado. Pero no te preocupes, tanto si eres nuevo en el mundo del vino como si eres un winelover ya algo experimentado, hay algunos factores que pueden ayudarte a la hora de decidirte entre vinos dulces y secos.
Aquí hablaremos de las diferencias entre estos vinos, así como de cómo seleccionar el vino ideal para tu paladar. También daremos algunos consejos sobre cómo maridar vinos dulces y secos con ciertos tipos de comida.
- La diferencia entre vinos dulces y seco
Los vinos dulces son aquellos en los que el proceso de fermentación no se completa al 100 % por dos motivos:
Parada fermentativa controlada, en la cual, cuando el vino ha adquirido un grado alcohólico determinado por el enólogo, éste es enfriado y filtrado para bajar la temperatura y eliminar todas las levaduras que existen en el mismo, deteniendo así la fermentación y quedando todavía algunos azúcares residuales en el vino sin fermentar.
Fermentación incompleta, debido a la gran concentración de azúcar que contiene el mosto, llega un momento en el que las levaduras ya no pueden transformar más azúcares en alcohol debido al alto contenido de alcohol del vino, quedando restos de azúcares sin fermentar en el vino.
Esto da como resultado un vino más dulce y con más cuerpo, con sabores más prolongados y aromas más complejos
Por otro lado, los vinos secos son aquellos en los que el proceso de fermentación continúa hasta que prácticamente la totalidad de los azúcares se convierten en alcohol
Esto hace que este tipo de vinos tengan una acidez más marcada ya que no es contrarrestada por los azúcares. Estos vinos suelen tener aromas más primarios que recuerdan a frutas, incluso flores.
- Cómo elegir entre vinos dulces o secos
Cuando se trata de elegir un vino, lo primero que debes tener en cuenta son los sabores que te gustan. Si prefieres vinos con una sensación más agradable en boca quizá quieras optar por un vino dulce. Por el contrario, si te gustan los vinos más afrutados, entonces un vino seco puede ser una mejor opción para ti.
Además de los sabores, también debes tener en cuenta el plato con el que vas a maridar el vino. Aunque tanto los vinos dulces como los secos pueden maridar con una gran variedad de platos, algunos vinos dulces funcionan mejor con ciertos tipos de cocina, como platos picantes o ácidos. Del mismo modo, determinados vinos secos funcionarán mejor con ciertos tipos de comida. Por ejemplo, un Sauvignon Blanc ligero maridará bien con una ensalada o platos de marisco.
- Consejos para maridar el vino con la comida
Una vez que hayas decidido el tipo de vino que te gustaría disfrutar, es importante que tengas en cuenta el plato con el que lo vas a maridar. La clave de un maridaje de vino y comida satisfactorio es igualar la intensidad del vino con el sabor del plato. En general, cuantos más fuertes sean los sabores del plato, más intenso deberá ser el vino que elijas. Por ejemplo, si sirves un plato de pasta fuerte, es posible que desees elegir un vino tinto con algo de graduación y cuerpo, como un Cabernet Sauvignon o un Bobal. En cambio, si sirves un plato más ligero, como una ensalada o pescado a la parrilla, es posible que prefieras elegir un vino menos intenso, como un Chardonnay. Descubre más sobre el maridaje aquí.
Con estos consejos en mente, estás en el buen camino para seleccionar el vino ideal para ti. Ahora es cuestión de empezar a practicar.