El periodo de reposo, también conocido como letargo de la vid, marca la transición necesaria entre una fase de crecimiento y una de inactividad para que la vid produzca uva. Esta es una fase importante para el éxito del cultivo y la producción de uvas de alta calidad con las que conseguir excelentes vinos. Os contamos más detalles sobre este tema.
¿En qué consiste el periodo de reposo de la vid?
El periodo de reposo es una fase de letargo que se produce de forma natural en las vides a medida que los días se acortan y la temperatura empieza a descender. Suele tener lugar a finales del otoño y durante los meses de invierno, antes del comienzo del nuevo ciclo de crecimiento en primavera. Durante este tiempo, la vid experimenta importantes cambios que la van preparando para la próxima temporada de crecimiento.
Uno de los aspectos más importantes del periodo de reposo es el proceso conocido como aclimatación, que es cuando la vid pasa a un estado en el que puede tolerar la temperatura fría y las condiciones de congelación sin sufrir daños. Sin la capacidad de aclimatación la vid sería vulnerable a las lesiones causadas por la temperatura y podría sufrir daños importantes.
Factores que afectan al periodo de reposo
El periodo de reposo puede verse afectado por diversos factores, como la variedad de uva, la situación geográfica y el estado general del viñedo. Algunas variedades de uva son más sensibles a los cambios de temperatura y duración del día, y entrarán antes en el periodo de reposo. Además, la ubicación concreta del viñedo puede influir significativamente ya que puede verse influenciada por la superposición de regiones, los cambios de altitud y el clima local.
El estado general del viñedo también es una consideración importante, ya que las vides sanas están mejor preparadas para pasar al periodo de reposo y tolerar cualquier aumento de estrés.
Cómo afecta el periodo de reposo a las vides
Cuando la vid entra en el periodo de reposo y se aclimata a las condiciones cambiantes, experimenta una variedad de cambios fisiológicos que finalmente influyen en su estado general de salud y en la producción de la primavera siguiente. Además, a medida que la temperatura empiece a subir y los días a alargarse, la vid comenzará a producir nuevos brotes, yemas y, en última instancia, frutos.
Durante el periodo de reposo es importante que los productores de uva sigan vigilando el viñedo y hagan los preparativos necesarios para la próxima estación de crecimiento. Esto puede incluir actividades como la poda, el riego y la fertilización, entre otros. Con esto, y junto al mantenimiento general del viñedo, los viticultores pueden conseguir unas excelentes añadas de vinos.
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