03/12/2024
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“No vendemos vino, vendemos un estilo de vida”: María Laurijssens lidera con juventud y pasión el marketing y la comercialización de Bodegas DeMoya.

Con solo 19 años, María forma parte esencial del equipo de Bodegas DeMoya, liderando el departamento comercial y aprendiendo de la experiencia de su padre, Yves. Ella combina su entusiasmo por el marketing y el comercio con la tradición vitivinícola familiar, contribuyendo a fortalecer la presencia internacional de la bodega.

“No vendemos vino, vendemos un estilo de vida”: María Laurijssens lidera con juventud y pasión el marketing y la comercialización de Bodegas DeMoya. 0

“Siempre me ha apasionado el mundo del marketing y cómo conectar con el consumidor final”, explica María. Desde pequeña, acompañaba a su padre en eventos y actividades relacionadas con la bodega, lo que despertó su interés por este sector. Ahora, sigue aprendiendo en la práctica y aportando ideas frescas para continuar desarrollando el proyecto familiar.

La bobal como insignia y el mercado internacional

Bodegas DeMoya centra su trabajo en la variedad bobal, la uva autóctona de la DO Utiel-Requena. “Sacamos el máximo partido a las cepas viejas, con bajos rendimientos que garantizan una mayor expresión del vino”, comenta María. El compromiso con la calidad empieza en el viñedo, donde, según afirma, “el 80% del trabajo se hace en el campo”.

El mercado internacional ha sido un pilar fundamental para la bodega, y aunque María no ha iniciado la internacionalización, ha continuado acompañando a Yves en su consolidación. Bélgica y Holanda son los principales mercados, aprovechando sus raíces belgas y su conocimiento de estas culturas. Además, exportan a otros destinos clave como Alemania, Polonia, Asia y América. “Entender cómo funcionan estos mercados y conectar con ellos ha sido clave para nuestro crecimiento”, señala.

La mirada joven en el comercio del vino

María aporta una perspectiva juvenil al departamento comercial, introduciendo estrategias digitales para fortalecer la imagen de la bodega. “Me he encargado de las redes sociales, algo que no se hacía antes, y hemos ampliado nuestra presencia digital”, explica. Su entusiasmo y curiosidad por el marketing la han llevado a proponer nuevas formas de conectar con el consumidor final, adaptándose a las tendencias actuales.

El futuro del vino y los jóvenes

Para María, los jóvenes tienen un papel esencial en el desarrollo del sector. “Podemos introducir ideas innovadoras y perspectivas diferentes. Creo que la bobal tiene un gran potencial por explorar en los mercados internacionales”, afirma. Su visión para Bodegas DeMoya se centra en mantener la esencia de la bodega mientras avanza hacia nuevas oportunidades.

Bodegas DeMoya se distingue por su enfoque en transmitir una experiencia única que va más allá del vino. María subraya la importancia de conectar con el consumidor de una forma diferente: “No vendemos vino, vendemos un estilo de vida, con buena comida, sol y todo lo que aquí vivimos”, explica. Con ese espíritu, anima a otros jóvenes a seguir adelante con sus proyectos familiares: “Mi consejo es no pensarlo demasiado y disfrutar del camino, con sus retos y buenos momentos”.

Con su entusiasmo, pasión y aprendizaje constante, María Laurijssens está dejando su huella en Bodegas DeMoya, llevando la esencia de la DO Utiel-Requena a consumidores de todo el mundo.

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