Llegó septiembre y con él la vendimia. Es difícil expresar con palabras lo increíblemente mágico que fue asistir a la culminación del largo proceso de maduración de la uva en la D.O Utiel- Requena. Pero, gracias a las imágenes que un año más nos regala el fotógrafo Alfonso Calza podemos compartir la belleza de estos momentos.
Atrás quedaron los meses invernales en los que la vid pierde la hoja y los viticultores aprovechan para llevar a cabo las labores de poda. Tras los desnudos sarmientos, ya durante la primavera, asistimos al despertar de la vid, es el momento en el que comienza a brotar y los racimos a florecer. Más cerca tenemos el verano en el que los viñedos ofrecen su exuberante verdor. Pero es en el momento de la vendimia y justo tras él, cuando las tierras de Utiel- Requena nos regalan un abanico de colores simplemente mágico: amarillos, ocres, naranjas y rojos de todos los tonos imaginables aparecen en las viñas. Un espectáculo cromático que tanto Goya como Van Gogh plasmaron en sus lienzos y que el objetivo de Alfonso Calza capta con una maestría insuperable.
Desde el color de nuestras tierras, las de la D.O Utiel – Requena, que abarca nueve términos municipales (Caudete de las Fuentes, Camporrobles, Fuenterrobles, Requena, Siete Aguas, Sinarcas, Utiel, Lenta del Moro y Villargordo del Cabriel), hasta los gestos de satisfacción de quien sabe que asiste al resultado de un gran esfuerzo y una labor ejercida con enorme pasión; la vendimia nos ofrece unas imágenes que enamoran.
Los excelentes datos de la vendimia 2017 prometen una calidad espectacular en los vinos de Utiel – Requena. La altitud, la inclinación y la proximidad del mar Mediterráneo de nuestras tierras son rasgos geográficos propios que aportan diferencias a la región vitivinícola y que transfieren a nuestros vinos ese carácter tan especial que solo tenemos en la D.O. Utiel- Requena.
Finalizada la vendimia, aguardamos también con ilusión la bajada de las temperaturas, momento en el que las viñas pierden su verde y adoptan tonalidades pardas, ocres y amarillentas. Las reservas acumuladas se dirigirán hacia el tronco y las raíces. Al final del proceso las plantas únicamente nos mostrarán sus troncos retorcidos con los que afrontarán las primeras heladas otoñales y el gélido invierno. Comienza el tiempo del reposo hasta la llegada de la primavera y el inicio de un nuevo ciclo. Un ciclo apasionante y motivador, que en Utiel Requena afrontamos cada año como un increíble reto y que da como resultado unos caldos de gran calidad.
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