Seguro que los que hayan visitado alguna de las bodegas de la DO Utiel-Requena lo sabrán ya, pero para los que se están adentrando en el ámbito enológico tienen que saber que el acto de catar un vino está compuesto de tres partes diferenciadas, la visual, olfativa y gustativa.
Todas ellas tienen su importancia y cada una aporta una información valiosa para valorar el vino en su conjunto. Con el objetivo de adentrarnos un poco más en una de ellas y sin ánimo de hacer un ensayo técnico sobre el mismo, os explicamos aquí de dónde provienen los aromas que podemos percibir en la parte olfativa de la cata. ¡Atención winelovers, tomad nota!
Antes que nada, hay que saber que con las notas aromáticas del vino podemos tener información sobre la cepa, sobre la tierra de dónde proviene, si es joven o ha envejecido en botella o el método de vinificación, entre otras. ¿De dónde proceden esos aromas? De las uvas y del proceso de vinificación –la barrica, la botella, etc.-, entre otras.
El terreno, el clima y la variedad, entre otras producen los aromas primarios de los vinos
Los aromas se pueden clasificar en tres categorías:
Aromas primarios. Provienen de la variedad de la vid y por el terreno, o por el conjunto que se denomina Terroir, es decir el conjunto de variables en las que crece la cepa, donde se cultiva, la composición del suelo, el clima, la variedad, etc. En el caso de los vinos de Bobal de la DO Utiel-Requena, predominan aromas de frutas rojas, en el caso de los rosados y frutas maduras matizada por el cuero, los frutos secos, el regaliz y las especias, en el caso de los tintos de Bobal.
Aromas secundarios. Estos se originan en el proceso de fermentación del vino y dependen del tipo de levadura empleada y las condiciones que permiten la fermentación. Pueden ser aromas a levadura, miga de pan o galleta, a lácteos (leche, yogur, queso) o a caramelo e incluso a plátano.
Imagen de los depósitos de la Bodega Coviñas. Fuente: covinas.com
Aromas terciarios. También llamados “bouquet” y provenientes de la fase de envejecimiento o crianza. En su proceso de post fermentación en barrica o en la propia botella se producen aromas que pueden ser más complejos, como la madera, humo, vainilla, tostadas, almendras, coco, frutos secos o manzanilla, entre otros.
En términos generales, estas son las nociones básicas y más importantes sobre los aromas de los vinos, es decir, la teoría. Para pasar a la práctica no tenéis más que visitar alguna de las bodegas de Utiel-Requena precisamente en unas semanas de tanta actividad como es el fin de la vendimia y el inicio de la fase de fermentación. Pinchad aquí para conocer la Agenda del vino de la DO Utiel-Requena.