Recurso 1
18/03/2015
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Cinco cosas básicas que le debes pedir a un buen vino

Seguro que en más de una ocasión te has visto ante el problema de saber si estabas eligiendo un buen vino. Hoy en día, existen tantas variedades de vinos, marcas, etiquetas y precios, que nos resulta complicado saber qué le debemos pedir a un vino para que sea bueno.

Básicamente, un buen vino se elije tomando en cuenta su composición, su cuerpo y color, su sabor, los grados de alcohol que contiene, su lugar de origen, su clasificación, su combinación con los alimentos y la temperatura a la que se toma.

Pero, aparte de todo esto, hay cinco cosas básicas que le debes pedir a un buen vino y hoy os las vamos a contar.

1.- Un buen etiquetado. Aunque parezca algo sin importancia, la etiqueta nos puede revelar varios detalles útiles como la variedad de la uva y el año de la cosecha. No hay que olvidar que el vino tiene “nombre” y “apellido”. El nombre será tipo de uva que se necesitó para hacerlo. El “apellido” será la edad que tiene la cosecha y esto es muy importante porque se nota en el paladar.

Así, los vinos blancos obtienen su característica especial de uvas como la Sauvignon Blanc, Merseguera, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Parellada, Verdejo, etc. Mientras que los vinos tintos salen de uvas rojas como la Bobal, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Petit Verdot, Cabernet Franc, etc. Cada una de estas uvas crea un vino más seco o más dulce y, por tanto, conocer el “nombre” y el “apellido” del vino ya nos dará pistas sobre lo que le debemos pedir al vino para que sea bueno.

2.- El color. Para ello, lo mejor es sostener el vino contra un fondo blanco y examina los determinados aspectos de su pigmentación. Los vinos blancos deben oscurecerse con el tiempo y los vinos tintos más claros deben crecen con el tiempo. Evaluar el color determinará qué tipo de vinos pueden ser buenos y cuáles pueden tener un tienen sabor más pobre o deficiente. Además, que el color del vino puede ayudarnos a definir el vino en sí. Un color rojo-teja en un tinto, por ejemplo, es equivalente a madurez; las tonalidades violetas serán más propias de un tinto joven; el color dorado nos dará pistas para distinguir un buen blanco con crianza y los tonos color limón y verdosos nos dirán, por ejemplo, que se trata de un blanco joven.

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El color es una de las cosas que debemos pedirle a un buen vino
FUENTE: utielrequena.org

3.- El olor. Oler el vino es básico para saber si tenemos o no delante un buen vino. Teniendo en cuenta que el ser humano sólo puede degustar los sabores dulce, ácido, amargo y salado, una persona puede oler más de 2.000 aromas. Por eso, el olor es otra de las cosas básicas que le debes pedir a un buen vino. Al aroma de un vino se llama la «nariz» y un buen vino debe tener siempre un olor atractivo y fascinante.

Un buen vino ha de tener equilibrio, complejidad y sabor FUENTE: utielrequena.org
Un buen vino ha de tener equilibrio, complejidad y sabor
FUENTE: utielrequena.org

4.- El sabor. Para eso, lo mejor es probar el vino con un pequeño sorbo. Muchas personas cometen el error de dar un gran sorbo de vino sin tomarse el tiempo para apreciar el sabor. Tomar un pequeño sorbo y hacer que se asiente en tu boca por un momento es básico. Prestar atención a la dulzura, regusto y presencia de sabores únicos y frutales, nos dirá si estamos ante n buen vino. En pocas palabras, a un buen vino hay que pedirle un buen sabor.

5.- Equilibrio y complejidad. Esta es la quinta cosa básica que le debes pedir a un buen vino. Un buen vino tiene que desplegar no sólo las características que definen su variedad, sino también su propia personalidad. Los taninos y los ácidos se han de equilibrar con los sabores más dulces y profundos, y dar como resultado un todo que sea más que la suma de sus partes. La complejidad de un vino se juzga por el número de sabores y notas que pueda encontrarse en él y se considera una marca de calidad importante en un buen vino.

Con estas cosas básicas que le debes pedir a un buen vino, ahora ya sólo os queda que os animéis a probar diferentes tipos porque no hay que olvidar nunca que un buen vino se percibe a través de los sentidos: vista, gusto y olfato.

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